sábado, 2 de abril de 2011

Ser madre, ser maestra en el siglo XXI

Mi Madre, que es una madre en mayúsculas, tiene una idea de la maternidad muy distinta a la mía, ser madre para ella es la dedicación en exclusiva a la crianza de los hijos e hijas, por eso no entiende que yo necesite “trabajar tanto”, para ella una mujer cuando tiene hijos ya no es una mujer, es una madre y aunque el amor que me tiene la lleva a apoyarme en mis decisiones no puede compartirlas, su frase preferida es “qué necesidad tienes de…” ¿Cómo puedo ser madre y disfrutar con mi trabajo?.
Hay quién es madre sin tomar la decisión de serlo y hay quien es maestra porque es la manera de ganarse la vida, opciones por otra parte muy respetables. Hace unos días en una conferencia  Jurjo Torres comparaba, en un tono de ironía,  la vocación docente con la vocación religiosa en contraposición a la idea de carrera docente y dedicación profesional. Comparto totalmente con él que no se es una buena maestra por vocación, ser maestra no es algo que te viene dado como inspiración divina, no se nace, se hace. Tengo la suerte de tener compareñas y compañeros que llegaron a la docencia sin haber sentido la llamada de la “vocación” y que son excelentes profesionales que disfrutan con su trabajo. En mi caso, estoy dentro de las “estigmatizadas” si que soy maestra por vocación, pero si que es cierto lo que dice Jurjo Torres, el saber docente no me ha venido ni por inspiración divina ni porque yo tuviera un don que me guiara acertadamente en todas mis actuaciones. Ser maestra en el siglo XXI exigen un gran esfuerzo de formación,  es como aprender a leer, no aprendes a descodificar y lo demás te viene dado por añadidura, es un proceso que dura toda la vida y que exige una gran esfuerzo y dedicación.
Esfuerzo y dedicación es lo que conlleva haber tenido la suerte de ser madre de mellizos fruto de mi elección de ser madre. Tampoco creo que haya un solo modelo de ser madre y menos de ser una buena madre, está claro que con el modelo de crianza “tradicional” soy una madre pésima como dice Lucía Etxebarría en su libro El club de las malas madres: "Yo no soy una buena madre. Y probablemente usted, que me lee, tampoco… si usted trabaja fuera de casa entonces desatiende a sus hijos, y nadie valorará el hecho de que tenga usted que hacer verdaderos malabarismos para conciliar la vida familiar y laboral...”
 Los modelos de familia y la forma de entender las  relaciones que se dan entre ellos están cambiando a pasos agigantados, por suerte. Mi familia, como dice mi hijo Miguel, es una familia feliz, y no tenemos papá, no… contesta Francisco José- no, papá, no. Mamá si.

6 comentarios:

  1. ¡Y QUE PEDAZO DE MAMÁ!
    ¡Que alegría amiga, entrar en este proyecto recién nacido, me ha emocionado muchísimo leerte, pero más me emociona por lo que sé que será.
    Tú no eres una buena madre, eres una gran madre, una gran mujer, una de mis mejores brujas.
    Cansada después de un largo viaje, no podía dejar pasar ni un minuto sin entrar, sin leerte, sin abrazar tus palabras.
    Gracias amiga, gracias por abordar un proyecto que conociendote sé que va a ser muy muy muy apasionante.

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias! ¡Gracias por haber haber puesto palabras a esos sentimientos que comparto contigo!
    Un bonito descubrimiento para empezar mejor el día.
    (De parte de una maestra vocacional y madre por elección de una familia feliz en la que tampoco hay papá, mamá si).

    ResponderEliminar
  3. Es cierto que ser madre te cambia la forma en que eres maestra. Tu mirada es distinta, más tolerante y respetuosa. Cuando yo era pequeña y todavía los maestros y maestras pegaban en la escuela, mi madre mantenía la teoría de que dejaban de hacerlo cuando empezaban a tener hijos. Probablemente una teoría muy acertada.

    ResponderEliminar
  4. Amiga entrañable,compañera con la que compartir,mujer valiente,doblemente madre, hija atenta, hermana incondicional, tia maternal, maestra con mirada de niña, asesora cercana y muchas cosas más es la autora de este blog que de alguna manera siento mio.
    Gracias por escuchar mi sugerencia y por compartir con todas nosotras tus ilusiones, tus conocimientos y tus miradas sobre el mundo de la infancia.

    ResponderEliminar
  5. ¡QUÉ DIFÍCIL!
    Es cierto que se cambia la forma de ser maestra cuando se es madre, es cierto que la parte de maestra enriquece también a la de madre.. Pero qué difícil es a veces separarlas cuando estás en casa y sólo es necesario sacar el apoyo de mamá, la comprensión de mamá y no tanto la racionalidad de maestra.
    Mi historia y mi sentir es desde los tres puntos de vista, soy hija de maestra , maestra y mamá con mirida de maestra (con papá también maestro).
    Me quedo con todos los papeles porque si intentara separarlos no sería como soy.
    Un consejo para las madres con mirada de maestras: En casa debemos ser mamás con mirada y corazón de MAMÁS.(aunque resulte muy difícil)
    Porque las maestras pasan y las recuerdas con cariño pero a las mamás si no las tienes en tu momento se echan de menos siempre.
    UN ABRAZO DE MAMÁ A UNA MAMÁ Y UNA MAESTRA ADMIRABLE.

    ResponderEliminar