sábado, 22 de septiembre de 2012

Juntos o separados


En los últimos años y gracias en los avances a las técnicas de reproducción asistida muchas familias hemos podido hacer realidad nuestro sueño: tener un hijo, o dos...

 Recuerdo el día que fui a hacerme la prueba de embarazo  y el médico que me atendía me dijo que tenía que darme dos noticias: una muy buena y otra, no tan buena... La buena era que estaba embarazada y la “también buena” era que con toda seguridad se trataba de un embarazo gemelar.


En la historia de la humanidad siempre ha habido embarazos múltiples aunque en los últimos años su número se ha incrementado notablemente como consecuencia de la evolución de las técnicas de reproducción asistida.  Esta situación, al igual que  otras que surgen en nuestra sociedad, termina repercutiendo en la vida de la escuela, que ha visto como  cada vez acudían a las aulas un mayor número de hermanas y hermanos gemelares. Desde algunas instituciones educativas, que tienden a anclarse en  los  modos de hacer de siempre, este hecho es vivido como un problema, y por consiguiente a adoptar como respuesta a esta situación la separación  de los hermanos gemelares desde el inicio de la escolarización.

Juntos...
Separados
                                  
Ahora bien, yo me pregunto como madre y como docente, esta resolución está suficientemente fundamentada,  qué estudios la respaldan,  a qué criterios responde... Todo ello sin olvidar, que el objetivo último ha de ser una mejor educación para ellas y ellos, hermanas y hermanos gemelares. En ocasiones estas razones responden a políticas inflexibles sobre inscripción escolar, que en su mayoría no están respaldadas por criterios pedagógicos y que se deben a criterios puramente organizativos. Otro de los argumentos tiene que ver con algunas creencias extendidas entre el profesorado que no tienen un sustento científico ni pedagógico: “la única manera de fomentar la autonomía de los niños es separándolos”.


Realizar este tipo de  afirmaciones es muy arriesgado puesto que ponen de manifiesto una serie de generalizaciones: tratar a todos los hermanos y hermanas que hayan nacido el mismo día y a la misma hora de la misma forma. Asumir  que el momento del parto va a determinar una forma de vida que estaría determinada por la genética: todos los gemelos tienen dependencia y por lo tanto problemas de autonomía, hacer esta generalización sería como si afirmáramos que todos los gemelos del mundo van a tener el mismo comportamiento, la misma personalidad, las mismas experiencias, las mismas necesidades...  En qué lugar quedaría la influencia del ambiente, del clima y el entorno en el que las niñas y niños se desenvuelven, si la única posibilidad de que se desarrollen con independencia y autonomía es separarlos en aulas distinta, como si no se pudiera fomentar la autonomía dentro de la misma clase. Por otro lado, es una respuesta simplista a un proceso tan complejo como el desarrollo y la adquisición de la autonomía, un niño no se hace autónomo separándolo de su madre o de sus principales figuras de apego, se hace autónomo aprendiendo a relacionarse con los demás, se hace autónomo sintiéndose único y diferente, se hace autónomo sabiéndose respetado y reconocido.


En muchos casos el falso criterio empleado es la heterogeneidad, clases heterogéneas con niños, niñas, un gemelo, un niño con necesidades educativas, una inmigrante... Si las miramos desde fuera lo que en realidad se pretende es que entre sí,  todas las clases sean homogéneas, con el mismo numero de niñas, con el mismo número de inmigrantes.... metidos todos en el mismo saco, nos hace tener una visión de la diversidad como problema, cuando un problema se reparte es menos problemas. Una verdadera  clase que reproduzca las situaciones que nos vamos  a encontrar en la vida, es una clase en el que estén todos juntos es, una clase con inmigrantes, con gemelos, con niñas y niños con diferentes necesidades, especiales o no...

El profesorado, en muchas ocasiones, no sabe dar respuesta a estas situaciones, ante la falta de herramientas la respuesta podría ser: formarme sobre cómo se forma la autonomía en el niño, cómo puedo yo fomentarla en mi clase... Muchos de las docentes y los docentes que abogan por la “independencia y autonomía de los hermanos gemelos” se refieren a ellos como un todo, negando su individualidad cuando los nombran como “los mellizos” o “los mellis” En ocasiones, las familias tampoco disponemos de herramientas que nos permitan desarrollar la autonomía de nuestros hijos sean o gemelos. La escuela ha de dar repuesta esta situación, si un hermano es dependiente de otro y tiene problemas de autonomía, con el simple hecho de separarlos de clase este no va a desaparecer, es cierto que se hará invisible para la maestra porque no los ve juntos, pero el resto del tiempo los hermanos dependientes seguirán viviendo una relación de dependencia, no podemos cerrar los ojos y pensar que como este problema ya no está en mi clase ya no existe. El hecho que en una clase no haya dos hermanos gemelos juntos no quiere decir que  no estén juntos en el patio, o ¿también vamos a regular con normas que les obliguen a salir a distintas horas?, porque es precisamente en los juegos libres donde yo he podido observar una mayor dependencia entre por ejemplo mis hijos. Que ocurre entonces, ¿el patio no es terreno de nadie?, ¿esto no es un problema? o es que la realidad es que si no tengo mellizos en mi clase, el problema de su dependencia o no ya no es mío, es de las familias, o del pediatra, o de la administración o de la IVI por realizar muchos tratamientos invitro y no controlar los embarazos múltiples… y podríamos seguir buscando causas externas que se responsabilicen de lo que ocurre en nuestras aulas.

Seamos verdaderas y verdaderos profesionales y analicemos cuales pueden ser los efectos negativos en estos herman@s, que dependiendo del momento de la escolarizaron tendrán que vivir ésta potenciada por la separación de su gemela o gemelo. En el caso del ingreso en el centro de Educación Infantil, tendrá que añadir a la separación de la figura materna la de su otra figura de apego,  la separación del hermano. En el caso del paso de infantil a primaria es de todos reconocidos que una etapa de transición difícil y que se recoge entre las distintas “crisis” por las que pasan los niños y niñas, pues muy bien, a los hermanos gemelares por el hecho de haber nacido en el mismo día y a la misma hora también le añadimos el drama de la separación de su hermano. Esta medida puede volverse perjudicial desde el momento que podemos hacerle vivir  a las gemelas y gemelos sus lazos filiales como algo negativo: “ser niño o niña y tener un hermano o hermana de la misma edad es malo y por lo tanto hay que ponerle remedio”.

Es cierto que los gemelos tienen características distintas condicionadas por ser dos, pero cómo influye esto en su desarrollo es una tarea compleja. Quizás antes de separar debiéramos pararnos a reflexionar cuales son las verdaderas razones que respaldan este tipo de decisiones, y siempre, contemplar cada caso en particular, dentro de un marco de diálogo con las familias que buscan al igual que nosotros optimizar las situaciones de aprendizaje de sus hijos e hijas. Hay muy pocas investigaciones y muchas falsas creencias...Si los hermanos criados juntos son dependientes: qué factores determinarían esa dependencia: ¿cómo fomentamos la autonomía? Cualquier respuesta coherente ha de pasar por evaluar las necesidades individuales de cada alumna y alumno independientemente de su condición, sexo y número de hermanos de la misma edad.

3 comentarios:

  1. ¿Cómo fomentamos la autonomía? que gran pregunta compi!!! Tendríamos que empezar por analizar que entendemos por autonomía a esas edades.
    Porque el niño o la niña que se siente indefenso y necesita ayuda va a buscar esa "dependencia" en otro sitio o de otra manera y lo que sería tremendamente triste es que además no fuese capaz de encontrarla, por eso cuando tenemos una criatura "dependiente" lo que tendremos es que pensar en el modo de hacerle sentirse segura, con autoestima, con capacidad de actuar sin necesidad de una protección, se trate de parejas gemelares o no.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta la reflexión, y... ¡esos niños tan preciosos! Muchos besicos guapa

    ResponderEliminar
  3. Una muy buena reflexión.Yo te cuento mi experiencia con mis hijas gemelas: entraron en 3 años y las pusieron juntas, en ese colegio no separaban por norma a no ser que hubiese problemas. En clase en diferentes mesas. En 4 años cambiamos de residencia y de cole...y aquí las separaban por norma. El primer día de clase fue...complejo, cole nuevo, clase nueva y sin la hermana, y mamá , que me dejaron estar con ellas en clase un buen rato para que se acostumbraran y fuera poco a poco conociendo el lugar...no sabía en qué clase meterme, un rato con cada una, de una clase para otra. Fue un poco caótico pero nos adaptamos. Mis hijas juegan juntas y separadas, no tienen problemas de dependencia y pienso que habrían estado igual de bien juntas o separadas como están ahora. Pero no es "gracias a" estar separadas por lo que mis hijas son autónomas e independientes, segurísimo que ha influído muchísimo más en su carácter el haberse sentido acompañadas por su madre, el haber dormido conmigo hasta casi los 3 años, el haber tenido a mamá disponible y a sentirse SEGURAS E IMPORTANTES porque de bebés se les atendieron todas sus necesidaes fuera de día o de noche, a las 3 de la tarde como a las 3 de la madrugada. Las mimé y las "malcrié" ( según se entienda, claro) y sigo haciéndolo, y creo que toda esta crianza con apego es la que les da a TODOS los niños la segurodad y la autonomía, sean o no gemelos.

    ResponderEliminar