domingo, 10 de marzo de 2013

El aula de infantil como estructura de oportunidades y como ambiente de vida


Imaginemos un aula sin niños y sin niñas, vacía, Podemos observar detenidamente como esta ocupado el espacio, que tipo de  decoración presenta,  cómo es  la distribución de las mesas, de los materiales… Con sólo este examen podríamos aventurar a qué modelo metodológico responde este aula. Si en nuestra aula vacía las mesas están colocadas de una en una, podríamos suponer que prima el trabajo individual, ahora bien, si las mesas están colocadas en grupos de 5 podríamos deducir  que se trabajo en equipo. El espacio nos habla de lo que ocurre en el aula, y de alguna manera propicia una forma de enseñar y de aprender. La organización y distribución del espacio condiciona el funcionamiento del aula, facilita o dificulta las interacciones,  el movimiento, la autonomía y la relación con el mundo fuera del aula.
El ambiente físico está formado por los muebles,  las paredes y por los materiales que hay en el aula, estos pueden estar estructurados de forma que prime escuchar a la maestra, trabajar en silencio, ver todos la pizarra, con mesas y sillas suficientes para que todos puedan estar sentados a la misma vez, haciendo la misma actividad. O puede estar estructurado de forma que facilite el trabajo en pequeños grupos, las conversaciones, los contactos, que permita sentarse a solas para leer el cuento que mas te gusta o que permita a la maestra trabajar con un pequeño grupo cómo vamos a realizar la exposición oral de los animales mientras otros están realizando “otros trabajos”
Estamos acostumbrado a asistir a aulas de infantil en donde las niñas y los niños tienen un sitio asignado, una percha, incluso en muchas se escribe el nombre de cada uno en su sitio...Este tipo de agrupamientos es adecuado para trabajar individualmente, no hablar con los compañeros y no distraerse, responde a una concepción del aprendizaje en el que los niños y niñas aprenden con ejercicios de repetición, en donde el saber nos viene transmitido por el docente, en donde el aprendizaje es una actividad en solitario y en aislamiento. Sin embargo, sabemos que el aprendizaje implica relacionarse con el mundo, establecer múltiples relaciones, interaccionar con el docente y con otros iguales, interaccionar con los distintos elementos del aula, difícilmente interaccionaré con nadie si no me puedo mover de mi sitio. Un aula con 20 fichas iguales en el tablón o con 20 cuentos iguales en la biblioteca, poco motivará al alumnado a que investigue, investigar implica que la situación que se nos presenta nos es desconocida, que es tan compleja como para tener que averiguar que es y cómo funciona. Rodear o colorear de rojo un círculo, dudo mucho que le interese a nadie por pequeño que sea. Los docentes sabemos muy bien escribir en nuestras planificaciones: investigar, aprender por descubrimiento, crear conflicto... pero para ello los niños y niñas  necesitan levantarse de su sitio y explorar el mundo que les rodea.
Cuando pienso en las aulas de infantil pienso en un aula en donde los niños y las niñas interaccionan, buscan, se equivocan, aprenden. La organización del espacio dividida en zonas o rincones, permite estructurar el espacio del aula con distintas funciones: zonas para compartir una lectura, zonas con materiales para manipular libremente, zonas para recrear situaciones de la vida diaria: el médico, la tienda, la zapatería...
Los rincones son una propuesta metodología que parte de una organización funcional del espacio, que organiza el trabajo en pequeños grupos, favorece la interacción y el intercambio entre las niñas y los niños, así como la autonomía al hacer al alumnado participe y responsable de su propio aprendizaje. Nos permite adaptarnos a la diversidad de necesidades e intereses de los alumnos y alumnas del aula con propuestas de actividades abiertas y flexibles  que permiten que el docente atienda a un  pequeño grupo mientras los demás hacen “otra cosa”.

Volvamos a nuestra aula vacía del principio y dejémosle llenarse de risas, murmullos, preguntas, inquietudes, afectos y sorpresas ante todo un mundo por descubrir y como docentes acompañémosles en este camino de investigación propiciando las oportunidades, ayudándoles a cuestionarse, convirtiendo así nuestra aula en un lugar de vida.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón. El espacio nos habla de lo que ocurre en un aula. Hace unos años, bueno mejor dicho, muchos años y no es un cuento me ocurrió a mí. Un conocido Asesor, ahora profesor de la UAl me dijo: ¡¡Vaya estoy sorprendido! Un aula desordenada!!¿No crees que hay demasiadas cosas? ¿No crees que está todo muy cerca de los niños? A lo que yo le contesté. Al primer comentario le dije: Bueno, aparentemente desordenada, pero si observa mejor verá que si hay un orden, un orden consensuado entre los niños y yo. Y en segundo lugar le contesté (bueno también pensé otras cosas que no le dije): Y si no es así, ¿como quiere usted que puedan elegir con qué jugar de forma autónoma? ¿còmo se harán responsables de sus elecciones? y... No. No creo que haya demasiadas cosas, creo que todo lo que hay es interesante, útil, práctico, les da oportunidad a todos de probar diferentes retos y sirve para la vida.
    A veces en las aulas impera el orden de la maestra, el criterio de la maestra, la organización de la maestra, pero... una aula no la forma solo la maestra. Las criaturas son imprescindibles y para que vivan en un aula debemos de consensuar con ellas y pactar y jugar y equivocarnos y corregirnos y ayudarnos y reirnos y emocionarnos juntas... Eso es para mi un aula viva. Y tener en cuenta sus ideas para organizar el aula también cuenta o al menos yo también lo considero importante. Por ello desde el principio mi función es convertir mi aula en una aula de vida y de oportunidades y en eso estamos. Espero conseguirlo. Un abrazo desde aula de infantil.

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  2. Ayyyy que esta entrada me la había perdido.
    ¡¡¡¡ Haz el favor de ponerlas en mi muro de facebook!!!!!!!
    Un aula viva, que bien suena, un aula que no mate la creatividad, el ansia de hacer preguntas, a veces incluso, incómodas, el ansia de aprender el mundo.
    Un aula con pocos espacios para el silencio, un aula donde reír sea fácil, un aula donde ser diferente sea lo normal.
    Utopía que bien suenas!!!!!!!!!!

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